La crisis sanitaria que está afectando a todo el planeta amenaza ahora a las personas desplazadas que viven en campamentos del noroeste sirio

El covid-19 ha llegado a Siria, un país que ya era considerado una emergencia sanitaria por la ONU y que ahora teme la propagación y las consecuencias de esta enfermedad. El 9 de julio de 2020 se confirmó el primer caso de Covid-19 en la región siria de Idlib y días más tarde la cifra de positivos ascendía a 18. Según informaba Médicos sin Fronteras, más de la mitad de estos casos son personal sanitario. Gracias a nuestros socios locales sabemos de primera mano que el virus ya ha hecho acto de presencia en los campamentos de desplazados al norte de Siria en los cuales estamos presentes. Allí, el coronavirus ya ha afectado a 43 personas de las cuales, ocho se encuentran hospitalizadas.

Situación sanitaria en Siria

La situación sanitaria en el país ya estaba al borde del colapso antes de la pandemia. Algunos hospitales han sido destruidos en los bombardeos y muchos médicos han huido del país, por lo que los recursos son muy limitados. En total, en la región de Idlib, solo hay disponibles 153 respiradores y 148 camas de UCI para una región que no ha parado de recibir personas desplazadas de todo el país desde que comenzó la guerra. Si bien estos datos parecen buenos en comparación al número de personas contagiadas en la región, si no se frena la propagación del virus podría acabar provocando un colapso del sistema.

El personal sanitario se ve obligado a rotar por los distintos hospitales para poder llegar a todos los pacientes, y ahora dos de esos centros han tenido que cerrar de manera preventiva tras la visita de dos médicos contagiados. El resto del personal que trabajaba en estos hospitales tuvo que hacer cuarentena, mermando todavía más los recursos. Eso ha hecho aún más difícil la atención médica, que ya antes de la pandemia era inaccesible para muchas personas en Idlib.

Desde Médicos Sin Fronteras denuncian que la zona no tiene la capacidad técnica adicional que se requiere para poder tomar las medidas de precaución necesarias. En especial, preocupa el noroeste del país donde hay cerca de 2,7 millones de personas desplazadas.

La situación empeora en los campamentos de desplazados

Las condiciones de vida en los campamentos de desplazados de la región de Idlib no son las más adecuadas y tampoco permiten llevar a cabo las medidas de prevención frente al Covid-19. Guardar las distancias de seguridad, aislarse en caso de tener síntomas o mantener una buena higiene de manos es casi imposible en una zona superpoblada y con difícil acceso a agua saneada. En estas condiciones, la propagación del virus en los campamentos sería mucho más difícil de frenar y sus consecuencias serían fatales.

A todas estas dificultades se le suma la escasa capacidad para hacer pruebas PCR a los contactos y realizar un seguimiento. En toda la región solo hay una máquina para realizar este tipo de pruebas, tal y como informa The Guardian, por lo que se cree que realmente puede haber más personas infectadas de las que se han notificado.

Por el momento, las cifras del Covid-19 en Siria no se asemejan a las vistas en otros países como Italia o España, sin embargo, un aumento de los casos puede suponer consecuencias fatales para el país, dadas las circunstancias que impiden tomar las medidas de precaución necesarias y la falta de medios.

Se dificulta el envío de ayuda humanitaria

Hacer llegar ayuda sanitaria a la región tampoco es sencillo. Tras la última resolución de la ONU, tan solo hay un acceso abierto en la frontera entre Turquía y Siria, lo que reduce el número de productos higiénicos y sanitarios que llegan a la zona. Conscientes de la gravedad de la situación, la ONU intentó llegar a un acuerdo que permitiera abrir otros dos pasos fronterizos de manera temporal, pero China y Rusia vetaron la medida.

Desde la A.A.P.S. no nos vamos a rendir. En los últimos contenedores hemos enviado a Idlib mascarillas para proteger a las personas desplazadas y todo el material sanitario donado lo enviaremos a Siria en nuestro próximo contenedor para ayudar a frenar la expansión del virus. La prevención es nuestra mejor herramienta contra el Covid-19.