Muchas ONG se han puesto en marcha para proteger lo máximo posible el patrimonio de Siria

La destrucción del patrimonio cultural de Siria es una de las consecuencias del conflicto que azota el país desde hace 9 años. Ante esto, muchas ONG y organizaciones se han puesto en marcha para intentar protegerlo lo máximo posible.

Tanto a través de la fotografía, como es el caso de Le Patrimoine archéologique syrien en danger; como directamente con la protección in situ, las ONG intentan concienciar de la situación y proteger los monumentos. Esta última forma de actuar es propia de APSA, una red de ciudadanos sirios activistas del patrimonio creada por Cheikhmous Ali, arqueólogo. El objetivo es comprobar los daños causados al patrimonio e intentar reducirlos al máximo. 

Uno de los activistas más reconocidos es Omar Islam, llamado por muchos el “guardián de los tesoros de Alepo”. Se trata de un joven que quedó tan afectado después de ver tanta destrucción que decidió actuar en la medida de sus posibilidades para impedir que los monumentos se dañaran todavía más.

¿Cómo protegen este patrimonio?

Ponen en marcha varias operaciones de protección adaptadas a las circunstancias de cada monumento. En ocasiones colocan muros delante de las paredes históricas para que las balas no las alcancen. Otras veces, si es posible, extraen los objetos más manejables, como esculturas, reliquias o manuscritos, y los guardan en un lugar seguro.

Un ejemplo es la operación realizada por Omar Islam en la Mezquita de los Omeyas, en la tumba de Saladino, convertida en campo de batalla. Este monumento está repleto de agujeros de bala en la pared, marcas totalmente visibles, provocadas por las guerrillas dentro de la mezquita. Para protegerlo de los disparos decidieron tapiarlo y colocar una pared de ladrillos.

Para ello no se pudieron ayudar de ningún vehículo, pues no cabía en la zona. Por este motivo tuvieron que trasladar las piedras una por una y corriendo, para no sufrir daños ellos mismos, e ir colocándolas. En el documental Siria, los últimos guardianes del patrimonio, Omar Islam dice así: “Estas piedras, estos monumentos representan la esencia de nuestra existencia en la tierra”. Esta frase es la clave que explica el por qué de estas operaciones.

Conservar el patrimonio no es una opción.

Otra operación que llevaron a cabo desde APSA fue la protección del minbar situado en el interior la Gran Mezquita de Alepo. Aquí era donde el imán se subía para decir sus oraciones y rezos. Después de ver la destrucción del Minarete de la Gran Mezquita de Alepo, Omar Islam decidió salvar el minbar con los medios de los que disponía antes de que también fuera demolida. Así, lo desmontó entero y lo trasladó a un lugar protegido.

Los civiles también son partícipes en la protección del patrimonio

No solo las organizaciones han sido las que han puesto en marcha operaciones. También los civiles han actuado protegiendo lo que tenían en sus casas o en bibliotecas de su propiedad. Es el caso del sacerdote Nayib, que transportó clandestinamente manuscritos históricos que conservaba en la iglesia en la que celebraba la Eucaristía. Estos fueron trasladados a lugares seguros para que no fueran destruidos. A su vez, para que no se perdieran si los atacaban, los empezó a digitalizar.

Estas acciones requieren de mucha ayuda y trabajo colectivo.

Todas estas operaciones salvaguardan la gran historia de los sirios y no la dejan olvidada. Siria es la cuna de la civilización occidental y cuidar y proteger las raíces es fundamental para entender quiénes somos y a dónde queremos ir.