Conociendo Siria: más allá del conflicto – Ugarit
Hoy, en nuestra sección “Conociendo Siria: más allá del conflicto“, os presentamos Ugarit, una antigua ciudad portuaria, situada en la costa mediterránea al norte de Siria, a pocos kilómetros de la moderna ciudad de Latakia, en la región oriental conocida como Levante.
Tuvo su período de esplendor entre el 1450 a. C. y el 1180 a. C., aunque la ciudad surgió en el Neolítico, pues el descubrimiento de Ugarit, de alrededor de 2000km2 se debió a la casualidad. En marzo de 1928, un campesino se encontraba arando en la cercana localidad portuaria de Minet el-Beidha, cuando de pronto su azada topó con una gran laja de piedra que no era sino la cubierta de una rica tumba de la Edad del Bronce Final.
Los vestigios actuales de la ciudad corresponden a esta última época, y entre ellos cabe destacar el gran Palacio Real, un impresionante edificio construido por los sucesivos reyes de Ugarit a base de bloques de piedra tallados con gran maestría.
El pueblo ugarítico, además, hizo importantes contribuciones a la escritura y a la religión, tanto semítica como en las fases iniciales del judaísmo, y el hermetismo, entre otras corrientes religiosas y filosóficas que sentaron la base a las distintas religiones de hoy en día tanto en el cristianismo como en el mismo islamismo.
El alfabeto ugarítico, de 30 caracteres, que reemplazó a la previa escritura cuneiforme de origen mesopotámico, reflejaba mejor la oralidad del idioma ugarítico —y de cualquier otro— que los jeroglíficos egipcios o las cuñas mesopotámicas, permitiendo abrir el acceso al conocimiento, la literatura y el registro escrito de hechos y obligaciones a un número de población más extenso que el de los escribas, única clase escribiente en los estados de Oriente hasta ese momento. Esto explica su éxito, tanto local como internacional posteriormente.
Las difíciles relaciones históricas y culturales entre Egipto y los hititas hacían que Ugarit, situada en medio de ambos imperios, no disfrutara de una cómoda situación, hasta que los hicsos alcanzaron el poder de Ugarit, convirtiéndolo así en un pueblo tributario.
Ugarit mantuvo fidelidad hacia Hatti hasta el final, lo cual explica la falta de ayuda egipcia en los momentos cruciales de destrucción de la ciudad. Sin embargo, el carácter eminentemente comercial y no militar de la ciudad le permitió mantener su posición y el rango de prestigio de sus habitantes. La paz firmada entre ambos imperios tras su famosa batalla de Qadesh facilitó aún más los contactos comerciales, y no fue hasta la llegada de los llamados Pueblos del Mar cuando Ugarit, bajo su último rey, Ammurapi, cayó ante la embestida de estas poblaciones atraídos por la riqueza.
Asolaron primero Anatolia (destruyendo la capital de los hititas, Hatusa) y después el levante mediterráneo, con la caída de Ugarit como máximo exponente.